viernes, 27 de agosto de 2010

Literatura y experiencia cercana





Literatura y experiencia cercana
Didáctica del encuentro con el libro

Por: Rolando Franco




Hay libros inagotables, interminables, que leídos en distintos períodos de nuestra vida, nos dicen siempre algo diferente sobre el mundo y sobre nosotros mismos. Hay libros que nos cambian la vida, libros que nos llevan a ser otras personas, libros que nos sustraen del dolor o que nos llevan a experimentar de manera más auténtica y profunda el dolor; libros que nos ayudan a penetrar las complejas sensaciones del amor, de los celos, de la envidia, de la ira, de la benevolencia, libros que exploran todas las pasiones humanas y que nos enseñan a entender y a dilucidar las vivencias nuestras de todos los días.
Héctor Abad Faciolince


Es como un calidoscopio gigante. Hay colores, formas y tamaños de todos los tipos. ¡Dios mío, qué hermoso es todo esto!
Silencio.
Ray Bradbury





Caleidoscopio, colores que frente a una visión luminosa dan vida a un sin número de imágenes, figuras casi alephticas, todo se envuelve en un solo punto. La anterior es una imagen que puede acercarse a la experiencia de la palabra por medio de la literatura, variada, polisémica, apasionada; la literatura y sus formas desprenden universos únicos, que aunque existentes, solo podemos imaginar. Los libros contienen experiencias que se mimetizan con la imaginación, habitan el interior y se manifiestan por medio de lo vivido y soñado. Hay libros que nos cambian la vida…

Ahora bien, se intenta abordar el difícil concepto de la literatura en su relación pedagogica, difícil de calcular y precisar, y para esto hay que acercarse a la relación que se presenta entre la lectura, el texto y el lector. La literatura por tener un carácter polisémico permite la continua construcción de su significado, éste depende de factores como: el momento histórico, el contexto, la cultura y en especial el sujeto, este último es quien posee el concepto de literatura valido, que abarca sus conocimientos, posturas e interpretaciones.

Presentando una simple interpretación, se puede afirmar que la literatura gira entorno de tres instancias: el autor, la obra y el lector; el primero es quien imprime la forma y el contenido a un texto, desde la obra se reconoce su auto-significación, su estilo y su pertinencia o no a un genero determinado, por último se encuentra el lector teniendo éste un carácter interpretativo que permite la re significación de la obra, todo lo anterior enmarcado en un acto comunicativo.

De esta manera, la literatura como acto comunicativo es una necesidad inmanente al hombre que se expresa desde el lenguaje y donde se reflejan e identifican sus experiencias, este es el mejor legado histórico el cual refleja todas estas reflexiones y vivencias mediante el uso de estructuras del lenguaje. Lo anterior permite dar cuenta que la literatura es el punto de partida desde su esencia histórica como obra de arte reflejando así su contexto y la época de gestación, trasportándonos a diferentes culturas y generando mundos posibles.

A partir de este esbozo se plantea la relación entre la literatura y el sujeto como expresión estética. La lectura de la obra literaria es un acto comunicativo-expresivo de donde parte el sujeto y reconstruye el mundo a través de espacios verosímiles, lugares en los cuales las fronteras de la realidad se desvanecen, constituyéndose en nuevos mundos posibles; al ser la literatura un acto estético apela a la función poética del lenguaje, elemento fundamental en la misma, puesto que al disponer de unos usos especiales del lenguaje reinventa desde la sintaxis, hasta el contenido mismo de las palabras, de esta manera se genera un estilo propio en conexión con su contenido, así la literatura como creación del individuo interactúa y da vida al mundo.

Construyendo con fragmentos la anterior significación de lo que podría entenderse como literatura, es necesario empatarla con el quehacer pedagógico y su relación con los estudiantes. De esta manera la pedagogía de la literatura, el acercamiento o acompañamiento de la literatura obedece a la necesidad de consolidar una tradición lectora en los estudiantes a través de la generación de procesos sistemáticos que aporten al desarrollo del gusto por la literatura, al placer de leer poemas, novelas, cuentos y otros productos de la creación literaria que llenen de significado y sentido la experiencia vital de los estudiantes y que, por otra parte , les permitan enriquecer su dimensión humana, su visión de mundo y su concepción social a través de la expresión propia, potenciada por la estética del lenguaje.

Por medio de este tipo de lecturas se busca lograr leer entre líneas, se pretende ver más allá de lo evidente, para poder así reinterpretar el mundo y, de paso, construir sentidos transformadores de todas las realidades abordadas. La formación en literatura busca convertir el placer literario en objeto de comunicación pedagógica para incidir en el desarrollo de competencias relacionadas con lo estético, lo emocional, lo cultural, lo ideológico, lo cognitivo entre otras.

De esta manera se promueve la idea de una pedagogía de la literatura centrada en la apropiación lúdica, crítica y creativa de la obra literaria por parte del estudiante; es decir, se espera que conozca el texto, lo lea, lo disfrute, haga inferencias, predicciones, relaciones, interpretaciones, así mismo, la anterior idea la complementa Sábato de la siguiente manera:

“Es que no se puede pretender “enseñar” literatura, ni se puede aprenderla, a partir de listados de nombres y taxonomías periodizantes; no es posible la recepción literaria si no hay procesos de interpretación, es decir, si no hay lectura de las obras mismas. El problema no es tanto de la cantidad de libros que los muchachos tendrían que leer –lo peor que le puede ocurrir a alguien es tener que leer por obligación, o mecanizar listados de autores y obras– sino de la posibilidad de vivenciar el asombro, en el reconocimiento de lo que somos, con la lectura crítica de unas cuantas obras.”

En lo que respecta específicamente al estudio de la literatura se acogen las preocupaciones e insinuaciones de algunos escritores, pensando en esto Faciolince dice:

Tal vez el arte no nos haga necesariamente mejores. Pero sí creo que el arte, y la literatura es un arte, le da un espesor y una calidad mayor a la existencia. La vida no dura mucho, es angustiosa y dolorosa a la vez, pero el arte es un recurso casi siempre muy barato y que además nos dura hasta el último respiro. Leer y mirar no cuesta casi nada; basta no tener hambre para que leer, mirar y oír sean experiencias que llenen de sentido la existencia.

En términos generales, se diría que lo fundamental es la lectura de las obras mismas, inmiscuirse en las palabras, darle vida al libro compartiendo las emociones de los protagonistas de las historias; porque se conoce literatura sólo leyendo las obras, de manera completa y no resumida ni fragmentada. Se sabe del entusiasmo de los estudiantes cuando leen algunas obras, entusiasmo que deja ver cómo no es tan cierto que a los estudiantes no les gusta leer. Un maestro innovador no intimida con el examen para que el estudiante lea, seduce y persuade con los comentarios críticos a las obras, provoca e interroga: se asume pues, sin proponérselo, como un crítico literario.

Es la competencia literaria de los profesores de literatura lo que ha de conducir a la definición de criterios para la selección de los textos, considerando inclusive que muchas veces las expectativas de selección de un texto podrían no realizarse; pero aún así, para el caso, una expectativa truncada se convierte en momento de reflexión (dar cuenta de la experiencia de recepción de un texto que no logró calar entre los estudiantes). La competencia literaria del docente atravesaría dos dimensiones: primero. El reconocimiento del canon literario (las obras representativas en la diacronía de la literatura), y segundo. La apropiación de enfoques teórico-analíticos (semiótica, filosofía, estética, historiografía, sociología, retórica, etcétera). Esta segunda idea es determinante para abocar las impresiones primarias de las obras hacia la búsqueda de las lógicas de sentido que las constituyen: ir siempre de unas lecturas primarias hacia lecturas más profundas en donde se pone en juego la red de saberes que la escuela, entre otros espacios, ha proporcionado. Las dos dimensiones alcanzan su dinámica en el foro, en el debate y especialmente en la producción escrita.

De esta manera resulta importante el acercamiento de los estudiantes a las obras literarias; intentando que ellos pudiesen leer al menos algunas obras literarias a profundidad, sobre las cuales pudieran desarrollar el pensamiento conjetural y crítico, exteriorizado en lo oral y en lo escrito, con seguridad dicha experiencia habrá de impulsarlos hacia la autonomía como lectores competentes que asumen los textos desde el deseo y a través de toda la vida. Esas obras literarias, en su totalidad, no necesariamente tendrían que corresponder al canon. Es posible que algunas obras, no reconocidas por el canon, hayan logrado “tocar” al lector que está en proceso de formación. Con esto se pretende señalar el carácter siempre imprevisible de la selección de textos literarios y críticos para su lectura en la institución escolar, dependiendo en la mayoría de los casos de la subjetividad de cada persona, por esta razón es importante brindar herramientas y no dar señalamientos, ningún libro es mejor que otro, eso lo decide cada quien.

Por supuesto en estas reflexiones no se puede desconocer el rol de la familia. Ni el papel del docente como lector, solo un lector persuade a otro lector, solo alguien que ha visto la vida por medio de las páginas de un libro, es capaz de brindar esa visión única de lo imaginado, esa imagen que son muchas imágenes, como los colores que muestra el caleidoscopio, que en esta ocasión está formado por palabras.









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Rolando Franco es Licenciado en Humanidades y Lengua Castellana de la Universidad Distrital Francisco José de Caldas de la ciudad de Bogotá, Diplomado en Cultura Y Literatura del Instituto Caro y Cuervo además de Coordinador general de la revista Cultural y Literaria Gavia de la U.D.

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